el destino se decide en la quietud.

la quietud es un poder que se deja de lado.

el poder es el silencio que absorbe la totalidad que somos.

la totalidad es un instante inquebrantable.

el instante es la virtud del ser.

la virtud es entender que no somos nada de aquello que nos aleja.

el ser es lo que está y lo que no.

el centro es un abismo que vibra un nombre.

ese Nombre es el destino por el que estamos.