Back To Top

TOC…toc toc, soy yo, la angustia Por: Fernanda Tacuri

TOC…toc toc, soy yo, la angustia Por: Fernanda Tacuri

 

Desde hace un poco más de un lustro la angustia tocó a mi puerta y desde ahí ya no se volvió a ir.

La he imaginado de tantas formas, he soñado con ella, he tenido conversaciones con ella, he peleado con ella. Es enorme, oscura, fría e imponente. Aunque está en los huesos y ya casi no tiene cabellos es pesada, casi como un plomo, sus largos dedos maltrechos siempre te aprietan de a uno, tiende a mirar hacia abajo y te hace mirar hacia abajo, casi no habla pero grita en cada suspiro de dolor. No es feliz siendo quién ella es, sabe que es el muerto que apesta a los tres días y la invitada que nadie quiere en la fiesta. Sabe además que existe a costa de la inexistencia de los otros.

Sus formas cambian pero la sensación es la misma: un nudo en el pecho que no me deja respirar, una corriente negra de miedo, de rabia y de dudas que me recorre el cuerpo sin tregua, una sombra en el corazón que me abraza y me ahoga, que me nubla la vista y me llena los oídos de musgo y de soledad.

Se ha vuelto mi compañera, he aprendido a darle su justo lugar en mi vida, sé que no se va ir por bastante tiempo. Cuando asoma sólo la siento y me digo a mí misma: Ok, cálmate; si él no aparece en una hora empiezas a llamar a todo el mundo y al ECU911; también me digo: ok, respira, si no logras calmarlo en media hora llamas a los doctores; ok, vamos a aumentar la medicina; ok, vamos a intentar que no se lastime; ok, vamos a emergencias. O por último: ok, ok, ok, Dios mío ilumíname.

Conocí a doña Angustia en un diciembre… ese día horrible cuando fui al bar de la escuela del hijo a pagar el “cuentómetro” por los refrigerios de tres meses del Papu y me cayó sin anestesia el balde de agua fría: su hijo no ha tomado ni una agua aquí desde octubre… después la debacle: exámenes médicos, maltratos, preguntas, citas: su hijo tiene anorexia… se me iba la criatura frente a los ojos, su esencia se iba perdiendo entre la piel y los huesos. Dimos la pelea, logramos salvarle la vida.

Unos meses de relativa tranquilidad y de pronto, de nuevo las alertas. La angustia se había hecho señora y ahora venía con más fuerza. Llegó tumbando todo y a todos, nos sentó de nuevo frente al doctor para otro diagnóstico: «su hijo tiene TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) y es severo».

Qué mierda es TOC preguntamos, ¿es una recaída de la anorexia?, ¿es otra cosa?, ¿qué tan severo es?, ¿qué tenemos que hacer?, ¿a dónde tenemos que ir?

«El TOC es difícil de explicar, difícil de entender y más difícil de vivir, sé que han pasado momentos duros, pero deben estar listos para una nueva lucha»… y la angustia de nuevo se sentó a mi lado, hecho sombra.

Desde ese día doña Angustia me ha visto quedarme sin aire, se ha quedado muda mientras lloro desconsolada en el carro antes de entrar a la casa, me ha pinchado el costado para no dormirme en las madrugadas vigilando el sueño sobrecogedor del Papu, me ha arrastrado por los suelos mientras veo cómo mi hijo amado pierde su voluntad de vivir, me ha sacudido de pronto para recordarme que ella está ahí, aquí.

A veces le gusta ponerse sobre mis hombros y me duele hasta la médula, siento que mi cabeza sólo se sostiene por la piel, pero no se cae. A veces me tumba y me visita en sueños en donde soy su presa, me cobija en el ojo de su huracán y me quedo suspendida, claro como ella no es la que se levanta acongojada.

Quisiera tener vacaciones de ella y que ella tenga vacaciones de mí, no sería tan mala idea descansar la una de la otra, ella ya no tendría mis lágrimas y yo ya no tendría su sombra.

La puerta de mi alma suena nuevamente: toc, toc, toc. Es ella otra vez, me abraza y me lastima, sabe que no la esperaba tan pronto. Veo sus ojos de remolino, lloro.

Mientras no puedo evitar que mi hijo se hunda en las fauces de su infierno en vida, la parte más humana y menos “guerrera” (cómo odio esa palabra) de mí sale a flote y me digo: ¡necesito una tregua, necesito un poco de aire, necesito que este horror acabe!

Ella se acerca y me susurra: “puede acabar pero no de la forma que tú quieres…”.

¿Cómo miércoles una madre puede quedarse huérfana de su hijo? ¿Cómo te resignas a una vida sin vida? ¿Cómo?

¡No señora! Siga nomás conviviendo conmigo, lucharé con todas mis fuerzas contra los monstruos que le quitaron la paz al fruto de mis entrañas. Pósese sobre mis hombros, aguantaré mi cruz hasta fin de los tiempos. Resistiré su presencia porque mi amor es más fuerte que sus cadenas.

<iframe style=»border-radius:12px» src=»https://open.spotify.com/embed/show/2K5sjyTowcNEwVHoyhEE20?utm_source=generator» width=»100%» height=»352″ frameBorder=»0″ allowfullscreen=»» allow=»autoplay; clipboard-write; encrypted-media; fullscreen; picture-in-picture» loading=»lazy»></iframe>

Comments: 6

  • Michelle

    mayo 24, 2024

    ¡Gracias por este texto! 🔥

  • Magde

    enero 23, 2024

    Gracias por escribir sobre las crisis mentales, muchos no entienden y ya no sabemos cómo explicar, te mando un abrazo fuerte

    • Anónimo

      marzo 13, 2024

      ¡Gracias por tomarte el tiempo de leer! Estoy segura que si no viviésemos en carne propia este horror capaz y no entendiéramos tampoco y eso es lo que está mal. Los trastornos mentales son complejos, reales, profundos y sobre todo dolorosos para todo el entorno familiar. Recibo el abrazo en mi corazón y te lo devuelvo multiplicado.

  • Fernanda Tacuri

    diciembre 29, 2023

    Gracias a ti por este espacio maravilloso y sobre todo gracias por la empatía con este relato.

  • Andrea

    diciembre 28, 2023

    Mi querida Fer, cada una de sus palabras han llegado a lo más profundo de mi corazón, tal vez cada uno de nosotros tenemos un toc toc, una lucha un dolor que nos hace vulnerables ante el dolor de un hijo, pero sé que Dios nos da las fuerzas necesarias para sacar adelante a nuestros seres queridos. Un abrazo inmenso lleno de bendiciones

    • Fernanda Tacuri

      diciembre 29, 2023

      Un abrazo de vuelta, gracias por tomarte el tiempo de leer, de conectarte y de sentir. ¡Lo atesoro en mi corazón!

Post a Comment