Recuerdo que en tu ajuar nadaban peces azules, y bajo la enagua guardabas una cola de sirena que ambicionaba zambullirse en océanos sin nombres.
Llevabas a cuestas una cara de niña triste tapiada con maquillaje de luz que te daba aspecto de adulta, te desconocían en el espejo tus ojos infantes y cristalinos.
Te quedaste en tu armario acurrucada en sueños de almidón, mientras las polillas reventaban, todas se hacían mariposas… tu soñabas con volverte oruga.
Transitas en la vida como si las noches no tuvieran fin, parece que la soledad nació contigo y en el camino la tristeza les hizo compañía, casi nunca una sonrisa, ni siquiera aún el día de tu ajuar, en que los peces te hacían cosquillas.
Mercedes
Querida Isabel, gracias por sumarte a este espacio, conmovedor tu poema, espero pronto seguir leyéndote.
Ma Isabel
Gracias por leerme y darme la bienvenida
Anónimo
Querida Isabel, gracias por sumarte a este espacio, conmovedor tu poema, espero pronto seguir leyéndote.